El Virus de papiloma humano (VPH) es considerado el factor principal de riesgo del carcinoma cervicouterino, pertenece a la familia Papillomaviridae, de los cuales se han identificado más de 200 tipos de VPH, y 40 infectan las mucosas. La infección por VPH es una enfermedad sexualmente transmitida, de acuerdo a su asociación con carcinomas malignos, los tipos de VPH 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59 y 68 se clasifican como de alto riesgo, mientras que los tipos 6, 11, 40, 42, 43, 44, 53, 54, 61, 72 73 y 81 entre otros, son considerados de bajo riesgo. Los tipos 16 y 18 están presentes en el 70 % de cáncer cervicouterino y lesiones pre-cancerosas.
El virus actúa por la producción de oncoproteínas que provocan la inactivación de genes supresores de tumores lo que contribuye al proceso de carcinogénesis. El cáncer cervicouterino (CaCU), es el segundo cáncer más común en países en vías de desarrollo, en el 2018 se registraron 570 000 nuevos casos, por lo que es de suma importancia reducir el riesgo de infección por VPH. Algunas medidas para reducir tal riesgo son usar condón (hay que tener en cuenta que no protege al 100 %, sólo reduce la probabilidad de infección ya que las áreas no cubiertas, quedan desprotegidas), limitar el número de parejas sexuales y la vacunación. Los tipos de VPH con mayor prevalencia en la Ciudad de México, son los pertenecientes al grupo de alto riesgo.
El VPH no causa una sintomatología específica, por lo que se puede ser portador de la infección sin que el individuo se percate, por lo que es importante realizarse estudios regularmente. El estudio que nos permite saber si estamos infectados con el virus es una técnica conocida como Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR), este método detecta el material genético (DNA) del virus. En el caso de virus de bajo riesgo, pueden ocasionar verrugas, que son lesiones planas o pequeñas protuberancias que en mujeres se pueden desarrollar en vulva, ano, vagina y cuello uterino.
La infección del VPH no es sinónimo del cáncer de cervicouterino pero su persistencia (portarlo por más de más de 18 meses) es un riesgo para desarrollar lesiones intraepiteliales cervicales.